Y esque...

El día está gris, y las utopías se rebelan.
No me dejan llegar hasta las orillas de tu boca.
Esas comisuras con semihoyuelos que tan loca me vuelven.

La tinta de mi boli es transparente cuando escribo en tu piel, que ah, se me olvidó decirte que realmente no es un bolígrafo, sino mis dedos acariciandote lento, como una canción que suena de fondo mientras que te das una ducha caliente y mira, es Pablo Hasel diciendo; 'Cuantos jodidos trámites hasta alfin lograr la oportunidad de llenar profundos vacíos, incontables viajes hasta encontrar mi lugar en la sonrisa que sabe el mérito de cuando sonrío...'.

Mi bufanda extraña tu fragancia impregnada en ella, y mis ojos añoran a los tuyos sin más.
Sigue haciendo frío y creo que en esta ocasión, esa sensación permanecerá.
No estás aquí ni te voy a ver.
Tan solo pensar y creer que eso mañana cambiará.

Que hoy es Jueves y tal, tocaba escribir.

Que hoy es Jueves y tal, tocaba escribir.
Básicamente por el encuentro de hace unas horas.

Esta tarde mis labios le susurrarona mi piercing de la nariz que se engancharan en tu pelo, cada vez que te acercabas.
Para así tener una excusa entre las miles que se me ocurrían cada segundo, y que te quedases en ellos.

Es Otoño y hace frío, frío de cojones.
Pero mis manos están en tu culo, y oye, para mí la entrada de temperatura en el diccionario se ha desvanecido letra a letra chorreando por tu cuerpo.

Me encanta llegar a un semáforo en rojo, que los nervios se apoderen de tí al no cambiar de color la dichosa figurita de ese patético hombrecillo feliz que nos observa brillante en él, que no puedas evitar girarte y ver si te miro, aguantarte las ganas al ver que no es así, darme la vuelta hacia tí y que me robes un beso.

Tabaco, menta y tú. 
Combinación del indescriptible sabor de tu boca.
Que hoy las noches serán buenas porque es Jueves y sí, los Jueves solo cobran sentido si estás a mi lado. 
Esa es la vital condición.
Dulces, sueños....Y eh, hasta ahora.

Viajes al círculo polar.

Y cuando su lengua impacta con la mía, 
es tan frío como cálido ese encuentro.
Un viaje desde la Patagonia hasta la China,
pasando por Johannesburgo,
y deteniéndonos en París.

Extractos de ti.

Que no se equivocan mis sueños al hablarme de ti cada madrugada.
Que no se cansan mis labios de desear las carreteras principales y secundarias de todo tu cuerpo.
Que no puedo no echarte en falta desde el segundo uno en el que partes de mi lado.
Porque esta noche te querré a mi vera,
cuerpo contra cuerpo,
tu mirada incidiendo en mi ser más profundo,
silencios que lo digan todo,
gemidos que camuflen el miedo,
sonrisas que devuelvan la vida.
Tu risa, dulce melodía que ojalá y poder tener como banda sonora las 27 horas que no tiene el día.
No conozco mejor infierno que estos breves extractos de ti. Los que bien sabes que conforman mi reino, tu esencia. Mi paraiso.