Que no se equivocan mis sueños al hablarme de ti cada madrugada.
Que no se cansan mis labios de desear las carreteras principales y secundarias de todo tu cuerpo.
Que no puedo no echarte en falta desde el segundo uno en el que partes de mi lado.
Porque esta noche te querré a mi vera,
cuerpo contra cuerpo,
tu mirada incidiendo en mi ser más profundo,
silencios que lo digan todo,
gemidos que camuflen el miedo,
sonrisas que devuelvan la vida.
Tu risa, dulce melodía que ojalá y poder tener como banda sonora las 27 horas que no tiene el día.
No conozco mejor infierno que estos breves extractos de ti. Los que bien sabes que conforman mi reino, tu esencia. Mi paraiso.
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