Oda a la indiferencia

Somos más inútiles que una de nuestras conversaciones,
In, de nombre Útiles.
Y si en vez de reproches nos empezamos a buscar más
y dejamos la estupidez entre rejas.
Y si en vez de querernos en ausencias
empezamos a querernos a tiempo.
Y si te matas
¿por qué no es conmigo?

Te odio tanto de amor
que no sería capaz de dejarte atrás.

Tengo los sentimientos desangrándose
a los pies de nuestra indiferencia atroz.

Me faltan las palabras para expresarnos de continuo.
Asique...escapémonos. Huyamos. 
Vamos a morirnos de pasión, joder.
Que yo te quiero y tú no.
Que tú me quieres y ya no.

Carta en el buzón de la -des-dicha

Estúpida
ciega
prácticamente sordomuda
inerte, o demasiado sentida.

Tonta
imbécil
despreocupada
arrogánte
repleta de carencias emocionales.

Odiosa
egocéntrica del revés
frágil
vacía
rota multiventricular y auricularmente hablando.

Decaída
dura
desconfiada
humana.

Y todo; por amor.

Eres idiota

Fdo: La vida.

Freedom

Nunca hemos sido fáciles
y más de dos veces, la piedra en el camino de la otra.

Seis millones de segundos después
estamos a una mirada de distancia como antaño.

Siempre hemos sido de hacernos daño
y menos de mil noches de querernos.

Me gustas más que darte la revancha de madrugada.
Y menos, que ganarte una batalla cuando la guerra parecía haber amainado.

Mis bragas dicen que anoche estuvistes cerca
y mi estómago está repleto de libertad.

Recuerda que nunca hemos sido verdad,
somos secreto;
¿de amor?

En cambio eres mi realidad más vulnerable
¿Ya no me puedes? ¿Qué te pasa, valiente?

Ups, he liado aún más el cable
y rizado el rizo irrizable.

El día que no te enganches a mi,
vienes.
Y me cuentas, corazón.
Que dónde se nos ha quedado si no es en la cama.

Buenos días extratos.
El 'de ti' no me sobra, se superpone.

-Como nosotras-

Estado difuso

Eres el quebrado 210
la lágrima a derramar
el pico de la montaña visto del revés
y un sin fin de nubes difuminadas.

Eres la palabra justa en el herida equivocada
el cuchillo exacto en la conversación errónea.

Eres el trazo que deja un pincel al dibujar una chica triste
y una banda sonora en plena madrugada.

Eres una definición inexistente.
Me cansé de buscar sin haber empezado.

Quiero irme a casa, pero...
no sé donde queda el camino de -tu- vuelta.

Arráncame los precipios que estoy viendo el final
y nada que ver con las comisuras de tus labios.

¿Qué tal si desaparece(mo)s?

Punto y A. Parte.

Que lo que más duele de la poesía no es leerla
sino entenderte.
Que lo que más arde no es la piel
sino el ser.

Se me ha entumecido el rostro de exalar a cambio de nada.

No me he vuelto a reconciliar con la noche desde que ya no estás.

Dueles más que un mensaje sin contestar
o un te quiero sin respuesta.

Cómo nombrar a una ausencia
y cómo pactar con el desamor.

Cómo cantar en suspiros
y cómo acercarme al amor.

Se me quebró el corazón del espejo,
tengo envidia.
Hace tiempo que no sé que es eso.

Pasatiempos
rompecabezas
magulladuras
y la vida pasar.

Sin sentidos acordes
risueños regalados
esquemas entre dientes.

Rómpeme las varillas,
mi tiempo se ha rasgado de ti.

Joder, creo que haces frío ardiendo.
Creo que no creo en nada.
Nada si es tú.
Duele, paras.
No lo haces,
y mientras yo...

Miénteme

Mirarte a los ojos siempre ha sido como caminar
hacia la ventana de la inocencia.

Pura
frágil
y atemorizada.

Ni con todo el amor logré calmar tus heridas,
secar tus cicatrices de horror.

Y creeme si te hablo de tristeza
cuando te veo pasar y sé que nunca fuiste mía.

A mi pecho le falla el compás
desde que desistí de ti.

Que las ausencias no me matan,
la mía si.

Querida desconocida:

Quizás vaya a buscarte a Herrera Oria
tal vez nos perdamos por Madrid
e incluso llegue a quererte.

Alomejor rellenas este vacío
e inundas mi razón de ser.

Puede que te robe un beso
o dos
o mil.

Quién sabe si atravesaré todos los cambios de rasante de tu cuerpo
y probaré, comprobaré y reviviré en tu miel.

Posiblemente nos rompamos alguna que otra vez
y seguro que nos arreglamos entre las sábanas a continuación.

Igual eres el próximo para siempre de dos años
o seis meses
o diez.

Es probable que nadie me vaya a arrebatar el sentido de tu misma manera
y que no sienta el desamor tan fuerte como cuando no estés.

Pero hasta entonces,
hasta ese momento,
hasta que me atravieses con la mirada y yo me sienta en el infierno del placer

yo

te sigo

esperando.