Páginas

lunes, 26 de octubre de 2015

A

Arritmia,
dime por qué tan oscura
brillando de esas maneras
y gastando tantos nombres.

Desdén,
qué haces llamando a tus gigantes grises
para que me arropen
en este frío de ti.

Canción de antes de partir,
cómo es que no me lo haces ya,
dejando esta herida en las dudas, para la eternidad.

Sentencia,
dónde te has perdido
que creo que así, no nos vamos a pillar en la vida,
mi vida;
¿qué es de ti?

Me pregunto,
cómo es posible ver tantos saltos
y tan pocos huecos,
en ésto que llamáis hogar.

Te pregunto,
si no me dejaras con Incertidumbre tirada,
¿dónde te situarías aquí en mi pecho?

Niña turbia,
que tu reflejo se ha ido.
No quiere verte más entre asfixia,
quien por cierto se parace a mi otra yo
(la de antes de ti).

Navajita,
y no plateá,
cuánto más vas a llorar
en esa manía tuya
de dibujar ojos
y todos rasados,
rememorando su perfume.

Sol de Luna
llena,
dime por qué tan claro
siendo pasado todo lo que soy
en este instante de vacilación mortal.



Ay Arritmia, Arritmia querida...

jueves, 1 de octubre de 2015

La Quinta Sinfonía de Ataraxia

Cinco serán las cosas que jamás te perdonaré:

1. La fragmentación de mi inocencia por cada poro valiente.

2. Tu particular forma de desgastarme a cada tropiezo,

por tus múltiples zancadillas
puestas sin drede, lo que es peor.


3. El "ni contigo, ni sin ti" que resultó desembocar en un interior roto,
vacío,
de tantas cosas sórdidas
que desbancaban a cualquier monstruo
que se propusiera cuidar de la niña triste que era,
que sigo siendo,
que seré...

4. El silencio de mi techo por cada noche de recuerdo
-y de olvido-.

Y por último y mucho m(ás)enos importante,

5. A mí.
No me perdono.

No me perdono por consentidora ilusa,
por arreglarlo a destiempo
por curarme abriéndome de nuevo las cicatrices
por no dejar de escribir/te/nos/me
y parar cuando ya no había solución.

No me perdono tampoco por todo el caos creado
por tanto arte maldito
por saber que esos andares eran irremplazables
y todos los poemas y cartas llorados a tu nombre.

No me perdono que salvavidas porte tu inicial
ni que hayamos llegado tan lejos;
en eso de desconocernos...

No me perdono, y asumo lo que ello conlleva
al fin y al cabo, el infierno está donde menos te lo esperas.

Lo de dentro a cambio de un año de bloqueo,
de no saber de mí.

¿Capaz o incapaz?