Las flores danzan y la primavera se enmudece
viene a decirnos que seguimos siendo.
He salido a pasear y desde lejos he visto nuestro lugar de siempre
o de nunca.
Los recuerdos acechan y la piel arde,
te veo como hace unos instantes atrás en la madrugada pasada.
Estábamos tan nosotras mismas, tan vestidas de antaño, tan radiantes...
Nos da la hora mágica en tu coche mientras amanece
y te veo así, tan plena como el atardecer de un domingo con resaca de felicidades.
Cómo un suspiro puede abarcar tantos te echo de menos.
Cómo tus labios nunca me han sabido mentir.
Cómo decirte que te voy a sacar hasta la última palabra mediante besos efímeros de prolongada pasión.
Se han caido las costras de las heridas
las cicatrices suavizan su color
mientras mi sonrisa de satisfacción te arrebata hasta el último miedo,
y lo sabes.
Estás más bonita fuera de lugar,
sin dudas y a mi lado.
Tabaco, menta y tú
recuerdas?
Pues así huelen mis sábanas.
Puede que en su momento me hartase de esa facilidad que tiene de corromperte tu entorno.
Porque yo te deseo así,
pura
inocente
como la pequeña incomprendida que eres.
Nadie te conoce.
Y soy la única doña nadie que si.
No es por fardar, pero me alegro.
Nunca le doy la espalda a las promesas formuladas
y cuidarte no iba a ser una excepción.
Tú, eres la mía.
Dime qué clase de infelicidad hay en ser feliz
y como follarte sería insultar a la primavera.
Por eso te voy a hacer el amor, y no la guerra.
Los extractos se han traspasado de local
y lo han inagurado por todo lo alto.
Queriendote, despacio.
Tan bajito para que lo escuche hasta el último centimetro de tu cuerpo.
Esta noche dijiste que me tendrías presente mientras cruzas el país.
Deja de mentir de una vez,
no puedes acordarte de quien nunca se fue.
Me despido con una definición de las muchas entradas que tienes,
me alegro de haberte vuelto a ver siendo tú.
Tú como el último canto del pájaro en el día,
tú como la primera estrella emergente de la noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario