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martes, 27 de mayo de 2014

Hábitos poco saludables

Despertarme durmiendo
desayunar de fondo con su voz
limpiar el polvo de mi vida
tumbarme en el estado de espera
comer con ruidos
escuchar música de esa que te salva
dormir la siesta de la muerte
merendar en silencio
leer historias imperfectamente perfectas
salir al campo a ordenar mis días
ver el anochecer, aguantar en el ocaso
regresar a casa entre tristezas
ducharme los miedos
cenar lamentos
internarme en mi guarida
permanecer insomne
sentir el vacío
adorar la madrugada
escuchar ningún ruido
dormir despierta
y vuelta a empezar.

Como veis el verbo amar no se encuentra entre mis hábitos
y yo solo aquí, esperando a que algo me arranque la piel,
mejor dicho alguien.
A que me tiemblen las entrañas,
a vestir mis cicatrices de fiesta y sacarlas a relucir,
a dedicarle los versos más alegres esa noche,
a comerme el mundo en mitades,
a que los vacíos se desvanezcan,
a revivir,
a reconciliarme conmigo misma por no tener la culpa.

En pocas palabras a volver a latir en el sentido correcto,
a reaparecer en escena.

Dime Verano si me darás ese placer,
que los segundos extractos están por venir en ti.
Lo sé, 
lo intuyo, 
mis sentidos me lo gritan y Madrid me ha devuelto las esperanzas.

lunes, 19 de mayo de 2014

Creo que, me echo de menos.

Estos últimos días, a la misma hora de siempre
termino haciendo disoluciones del pasado.
Mezclado en versos rotos
de esos de heridas ya suturadas.

La piel se me está quedando muda
o yo que sé,
ya no te susurra ni cuando nos rozamos por equivocación.

He perdido la cuenta del presente,
el tiempo pasa y nada llena.
Buceemos en los silencios,
a ver si llegamos a casa y nos dejamos de tantas gilipolleces de una vez.

El amor vino y se fue,
llegando el desamor de bruces y también abandonándome a tu suerte.
No sé que me queda,
no sé en que quedo,
pero -me quedo-,
no.

Hay canciones que dejaron de sonar,
lo han perdido todo
hasta el último matiz de tu boca en la mia,
hasta tu sombra en el cristal.

Me resvala la vida entre los labios
mañana, tarde y noche,
en las ausencias,
esperas, 
en la dejadez, la
mala respiración,
en el calor, frío,
calor.
Tú.

Ya no distingo las tristezas entre líneas,
todo me parece gris.
Gris abandonado, de ese que grita un  '¡Vuelve!', 
sin saber a quién.

Lo único que entiendo es que me echo de menos.
No me recuerdo antes de ti, y ¿qué clase de psicópata te genera eso?
Asique Mayo, llora por mi
que el verano me llama y no sé de que sonrisa me voy a prendar,
esta vez no apuesto, esta vez que vengan por mi.

Si, eso
que vengan por mi.

miércoles, 14 de mayo de 2014

En stand-by.

Estaba aquí pensando en lo triste que es sentirse vacía.
Lo triste que es no sentir nada,
y ya ni hablemos del hecho de recordar(te).

Estaba aquí latiendo sin más y como no,
has vuelto a llamar a mi puerta.

Creo que después de romperme y observar mis pedazos 
esparcidos
por tu suelo
y sin barrer,
lo he entendido todo.

Los domingos se volvieron inertes con el tiempo,
sin forma.
Que ni la música, la escritura o la soledad son capaces
aunque solo sea un mísero segundo de llenar este abismo sin fin
que dejaste
muerto
dentro (de mi)

Ya no escribo nada alegre cuando estoy feliz,
ni algo crítico cuando estoy enfadada
y mucho menos versos tristes
porque chica, 
para tristes ya están los poetas
rotos, por las putas que van disfrazadas de musa.
Y yo ni poeta, ni tú puta y mucho menos musa,
solo hija de.

Y ahora un resumen de nuestra fallida y/e (in)existente historia;
Palabras, miradas, sonrisas, nervios, mariposas, enamoramiento, amor, ruptura, dolor, desamor, olvido, vacío y vuelta a empezar.
Sabes, eso era antes
a la vigésimotercera vuelta de empezar ha resultado ser un suicidio de tu recuerdo.
Perdón me he equivocado, asesinato a manos de la primavera
y de sus ojos color café.

¿Que me echas de menos, dices?
¿Que te acechan los celos ahora?
¿Que la felicidad se refleja en mi rostro sin que tú tengas nada que ver?

Que hija de puta la realidad, debe haber aprendido de t(us huellas)i.