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miércoles, 14 de mayo de 2014

En stand-by.

Estaba aquí pensando en lo triste que es sentirse vacía.
Lo triste que es no sentir nada,
y ya ni hablemos del hecho de recordar(te).

Estaba aquí latiendo sin más y como no,
has vuelto a llamar a mi puerta.

Creo que después de romperme y observar mis pedazos 
esparcidos
por tu suelo
y sin barrer,
lo he entendido todo.

Los domingos se volvieron inertes con el tiempo,
sin forma.
Que ni la música, la escritura o la soledad son capaces
aunque solo sea un mísero segundo de llenar este abismo sin fin
que dejaste
muerto
dentro (de mi)

Ya no escribo nada alegre cuando estoy feliz,
ni algo crítico cuando estoy enfadada
y mucho menos versos tristes
porque chica, 
para tristes ya están los poetas
rotos, por las putas que van disfrazadas de musa.
Y yo ni poeta, ni tú puta y mucho menos musa,
solo hija de.

Y ahora un resumen de nuestra fallida y/e (in)existente historia;
Palabras, miradas, sonrisas, nervios, mariposas, enamoramiento, amor, ruptura, dolor, desamor, olvido, vacío y vuelta a empezar.
Sabes, eso era antes
a la vigésimotercera vuelta de empezar ha resultado ser un suicidio de tu recuerdo.
Perdón me he equivocado, asesinato a manos de la primavera
y de sus ojos color café.

¿Que me echas de menos, dices?
¿Que te acechan los celos ahora?
¿Que la felicidad se refleja en mi rostro sin que tú tengas nada que ver?

Que hija de puta la realidad, debe haber aprendido de t(us huellas)i.


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