la nieve que no llegó a cuajar
la luz tenue de mi cuarto
edredones ajenos
la lluvia que rozaba mis mejillas, y presumía de ser lágrima.
Te he perdido en; el vuelo de la última hoja asesinada por Otoño,
a la vuelta de la esquina
en la mirada de decepción de esa madre marchita
y en todos los parques públicos que se quedan vacíos a las 3 am.
Te he encontrado en; el vuelo de esa falda
mil poemas de desamor que hablaban de ella
la canción que me representaba y se clavó en el alma como si de chinchetas se tratase,
el último calo de María.
Te he adorado en; todos los bares que estaba dispuesta a cerrar en una noche de locura
el culo de las últimas cien pintas de cerveza que han recorrido mi garganta
un atardecer voraz
y en los aullidos de auxilio de la luna cuando se ve decreciente.
Te he tanto en tantas cosas
que se me olvidó el principal motivo
no eres tú, soy yo.
Y por eso, te deshecho.
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