-cómo aparecer sin haber venido-
Después de sumarle otra ruptura a la derrota
después de restar vida,
la mía te da las gracias
ya no agoniza.
¿Tú sabes lo que es ver a una niña ahogarse en la fuente de tus deseos?
Mi inocencia sí, te manda recuerdos.
Ignorar el problema desde luego que no es la solución
pero tratándose de mí, tampoco me vales.
No he aprendido a dejar de estar triste,
aunque sí a excluirte de ella.
He aprendido a respirar sin latido
pero no. A todo.
Como respuesta, como final.
Es mi último aviso:
vete a perturbarle los sueños a otra.
Aquí ya no se distingue lo que es amor
de un asesinato.
-Bang...-.
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