porque siempre;
vivía sobre él
dormía sobre él
besaba ante él.
Se aseguraba de ser perseguida a cada hora
como si fuesen a perderse para siempre
como si al empezar a jugar,
se quemase la partida.
Eran esclavos de lo mutuo
amantes
desertores de sí mismos.
Se viceversaban
se no querían
se sí se odiaban.
Te mandarían a la mierda
con tal de no perderse
y hacerlo ellos a solas.
Ni música, ni ruido
se encuentran
se cuelan en los huecos provocados,
se mueren
-viviendo todo lo que ya no existe-.
Se sueñan soñando
en el sueño que los separa
y
no será capaz
de ponerles fin.
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