Pregúntale por qué tiene miedo a la pregunta
y con ello a respondernos.
Cántale las mentiras
que no se atreverá a escuchar
si no son de esa boca del diablo.
Afírmale la estrella
que le guiña un ojo todas las noches
que ella agacha la cabeza al salir del metro.
Manifiestale todas las baldosas de sueños
que le ha pisado a la ciudad.
Hay mujeres poesía y mujeres poema
hay mujeres escrito y mujeres canción.
Hay bocetos que llevan sus ojos
y gatos que calzan su mirada.
Aparenta ser todas las flores que terminarán
sobre alguna tumba el día de todos los santos.
Decide en su lengua
el castigo que obtendrá el siguiente
explorador, que se atreva a pisar la isla
que tantos miran
pero tan pocos divisan.
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