la vida quiero decir
yo solo tengo un puñado lágrimas color frustración silenciosa para jurar,
que se puede vivir más en el penúltimo fin de semana de nuestro no febrero
que en los siete meses dejados atrás.
Y quién se iba a imaginar de todo, menos
un Carnaval en el que tú pensases mi
mientras yo lloraba por otra
Me reafirmo en el grito de cada niña
la cual sabe que su mamá no va a volver,
en el centro de todas las dianas de los que apuntan fuera
y aún así le dan,
que Suerte y Desgracia van de la mano creyéndose amantes
a los que les gusta pasar su última noche juntos
jodiéndote las costillas de frenesí.
Soy de las que dejan cualquier solicitud para más tarde
aunque la respuesta sea no,
y cuantas miradas a una flor me ha costado ser lo que soy
pero sobretodo lo que no.
Por ello cada noche completo mi lista Acción-Reacción
con suerte, sí me pierdo;
"06:37 A.M.,
hora de duelo.
La noche eterna,
una canción mal dedicada.
Llorar en silencio,
lo mejor que me ha pasado en semanas".
(...)
y sentirse mortal de nuevo.
No recuperar el tiempo dormido
para no pensarte después.
Acero hirviendo que se fundirá en el cuello
como si de un beso puro se tratase.
-Un beso, ¿vale?
-Un beso, vale.
Un beso vale 32 gotas de lluvia
salido de las nubes oculares
de una niña interior, que no para de preguntar
dónde se ha quedado a vivir
lo que ella quiere
y por qué no para de visitarle
lo que no.
Ser mar te da ventajas que pocos entienden
la primera y última,
es;
que nadie te va a tener más miedo que tú mismo
y por eso,
te quieres por todos los que no van a saber hacertelo.
Y hablo de hacertelo porque querer es morir,
y yo quiero volver a morir de alguien.
Olas, ¿atisbais tierra firme?
ya huele a sangre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario