-Ya está, se acabó. Es hora de empezar a poner muchos puntos finales -o a parte más bien-.
Lo dijo con toda la firmeza que no tenía, como si se pudiese engañar a uno mismo desde el autoconvencimiento.
+¿De qué te has cansado realmente, A?
-No sé, L. La gente dice saber muy bien qué es el amor, y todos lo nombran como si fuesen conscientes de lo que tienen entre labios, cuando ni por asomo, ni en un solo momento es así.
+Yo creo que el mundo está ciego, solo se ve desde el ombligo propio.
-Haces bien, veo que no pecas de irreal, L.
+Y tú, A, ¿en qué te atreverías a medir el amor?
-Mirada como referente básico, L, ahí está hasta lo que falta. Si me tuviese que fiar de alguien está claro que solo sería de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario